Pangea: evidencias de lo que se ve y no se ve.

Hace 200 millones de años, todas las tierras emergidas del mundo estaban unidas en un solo bloque continental, que hoy llamamos Pangea. Desde entonces, diversas masas han ido separándose debido a fenómenos de origen interno que hacen vida en nuestro planeta.
mapa
Supercontinente Pangea
Fuente: Natgeo.
Uno de los modelos que pone en evidencia la dinámica interna del planeta, se relaciona con el origen de los continentes y océanos. En el siglo XX, surge una hipótesis innovadora que trata de explicar con ciertas evidencias (geológicas, geofisicas, paleontologicas y paleoclimaticas) observadas en distintos continentes, el origen del relieve actual de la Tierra. 

La teoria de la deriva continental fue establecida por el geofisico aleman Alfred Wegner, en 1912, quien formulo la hipótesis que señala la existencia de una gran masa continental llamada Pangea que posteriormente se fragmento y derivo trasladándose hasta ocupar su posicion actual. 


Wegner establecio su teoria basado en las semejanzas que existen en los contornos de las costas oceanicas, en especial del Atlantico, en donde las de Ameria, Europa y Africa pueden encajar unas en otras, como si fueran partes de un rompecabezas. Las plantas, animales y fósiles de los continentes muestran analogías, lo que permite suponer que se originaron a partir de una misma masa continental.


De tal modo, supone la existencia de un supercontinente, denominado Pangea (Pan=Todo; Gea=Tierra), que constituía un bloque compacto hace 300 millones de años. Al inicio de la era secundaria, hace algo mas de 200 millones de años, la Pangea empezó a fragmentarse, primero en dos supercontinentes, Gondwana al sur y Laurasia al norte, y a continuación en los actuales continentes, que empezaron a separarse.






Las evidencias para respaldar esta hipótesis se basaron en pruebas geográficas, geológicas, climatológicas, paleontológicas y paleomagnéticas descritas brevemente a continuación:

Geográficas: ajuste de los litorales continentales. 

Wegener sospechó que los continentes podrían haber estado unidos en tiempos pasados al observar una gran coincidencia entre la forma de las costas de los continentes, especialmente entre Sudamérica y África. Si en el pasado estos continentes hubieran estado unidos formando solo uno (Pangea), es lógico que los fragmentos encajen. La coincidencia es aún mayor si se tienen en cuenta no las costas actuales, sino los límites de las plataformas continentales

Litorales
Fuente: slideshare.net/

Geológicas y Tectónicas: Semejanza de secuencias de rocas y cadenas montañosas así como la cronología de las mismas. 

Se basaban en los descubrimientos a partir de esta ciencia. Cuando Wegner reunió todos los continentes en Pangea, descubrió que existían cordilleras con la misma edad y misma clase de rocas en distintos continentes que, según él, habían estado unidas. Estos accidentes se prolongaban a una edad que se pudo saber calculando la antigüedad de los orógenos.


Pruebas Paleoclimaticas: Evidencia glacial.

Utilizó ciertas rocas sedimentarias como indicadores de los climas en los que se originan, dibujó un mapa de estos climas antiguos y concluyó que su distribución resultaría inexplicable si los continentes hubieran permanecido en sus posiciones actuales. A causa de antiguas glaciaciones se han encontrado tillitas en zonas muy separadas geológicamente.
Planisferio
Fuente: Proyecto Biosfera I 
http://recursos.cnice.mec.es/
biosfera/alumno/4ESO/
MedioNatural1I/contenido2.htm 

Paleontológicas: evidencia fósil. 

Alfred Wegener también descubrió otro indicio sorprendente. En distintos continentes alejados mediante océanos, encontró fósiles de las mismas especies, es decir, habitaron ambos lugares durante el periodo de su existencia. Y es más, entre estos organismos se encontraban algunos terrestres, como reptiles o plantas, incapaces de haber atravesado océanos, por lo que dedujo que durante el periodo de vida de estas especies Pangea había existido.


Evidencia fósil
Ilustración tomada de: http://www2.ssn.unam.mx/
website/jsp/Placas/placas.jsp


Paleomagnetismo y Deriva polar. El magnetismo remanente en rocas antiguas (paleomagnetismo) registra la dirección de los polos magnéticos en el tiempo de la formación de las mismas. 

Midiendo el magnetismo de rocas recientes se descubrió que, en general, este era congruente con el campo magnético actual de la tierra. Sin embargo, el paleomagnetismo mostraba orientaciones diferentes para las antiguas, lo que permitió determinar la ubicación de los continentes cuando se formaron las rocas. La mejor interpretación para tales datos es que los polos magnéticos han permanecido en sus ubicaciones actuales, cerca de los polos geográficos norte y sur, y que los continentes se han movido.
Cuando los márgenes magnéticos se hacen encajar, de modo que los datos paleomagnéticos apuntan a un sólo polo magnético, resulta que las secuencias de las rocas y los depósitos glaciares coinciden y que la evidencia fósil es congruente con la paleogeografía reconstruida.

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